Una vida nueva.

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– : «Todo va bien, no se preocupe.»

Tras esa frase, se cerro la puerta.

Si todo fuera bien no estaría detrás de la puerta, estaría donde quería y debía  estar en la sala con ella…

En la pequeña salita lóbrega, llena de sillas frías y vacías, quitando donde estaban sentados algunos familiares, parecía que alguien le hablaba desde una de ellas
intento centrarse un poco más…
¡Ah! Sí era su madre con su humor peculiar, diciéndole que acabaría por desgastar las baldosas.. ¿y a quién le importa unas baldosas?

Si esto ya apuntaba mal desde el principio, en el mismo momento en que ella le dijo el resultado, sabía que no era buena idea, había intentado en vano decírselo
pero no recordaba cuando fue la ultima vez que la había visto tan radiante…
«Si no hubiera sido tan cobarde ahora no estaría ahí»- se repetía.
Aunque en realidad al verla le pareció que si tenia que desprenderse de uno de los dos
lo haría de él y eso era algo a lo que no estaba preparado.
En los meses siguientes fue comprando objetos que para ser sincero no veía ninguna utilidad, pero para ella eran básicos e indispensables, la acompaño al médico todos los meses a cada revisión, sin saber muy bien que pintaba el en todo esto, recibió felicitaciones y abrazos amistosos de familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos… Consejos, buenos deseos y frases, la más repetida con diferencia: «Ya verás como te va a cambiar la vida.»
Fue a las clases porque según decían eso ayudaría llegado el momento,
en ellas había intentado entender porque ella quería pasar por ese suplicio cuando tenían una solución tan simple.

En los siguientes meses vio como ella seguía de etapa a etapa sin perder la sonrisa y cada vez mas ilusionada, a pesar de que cada mes era más pesado y complicado para ella.

En ese tiempo se había mostrado atento, cariñoso e hizo un gran esfuerzo para ser comprensivo, -«son las hormonas»- se repetía cada vez que tenia un capricho más inverosímil que el anterior y sí, siempre se superaba, se había convertido en una muleta para sus andares de pato y apenas conseguía dormir ya que la cama cada vez encogía más.

Poco a poco fue perdiéndola, ya que sus conversaciones siempre trataban el mismo tema, sin saber muy como, ni el motivo se había convertido el núcleo de su vida.

Y ahí estaba demasiado asustado ante la idea de que ella no volviera de esa sala,
demasiado petrificado ante la idea de lo que seria «su nueva vida»,
demasiado preocupado ante la posibilidad de que no pudiera con su nueva vida,
demasiado… bueno la verdad que la situación en si le parecía demasiado en cualquier ámbito mirase por donde mirase.

Se abrió la puerta y salio la mujer que le había obligado a esperar allí, sonrió al verlo hecho un manojo de nervios: -«todo fue bien, mis mas sinceras felicitaciones,
están esperándolo dentro, ya puede pasar».

No supo que fue más desconcertante si el inmenso alivio que sintió al escuchar que ella estaba bien o el pánico irracional mientras escuchaba que la doctora hablaba en plural.

Al fin le tocaría conocer al culpable de todas sus desgracias, al que había convertido su sencilla y feliz vida, en un constante y eterno dilema.

-«Venga ve, seguro que esta ansiosa por verte»- Le animó la mujer de la sonrisa más eterna que recordaba, seguro que ella nunca ha estado en esta tesitura…
Antes de poder decidir si era buena idea salir corriendo y olvidar esos meses,
su madre ya le había metido en la sala de un empujón, era increíble que siguiera tratándolo como un crió.

La sala era como se había imaginado, se acerco a la cama con paso tembloroso,
la vio estaba completamente pálida, parecía tan demacrada… y no paraba de llorar.
Se acerco convencido de que mataría al culpable de dejarla en ese estado,
en apenas un susurro le dijo:» no lo vieron bien es una niña y es tan preciosa…»
Antes de poder asimilar lo que le acababa de decir tenía un bulto envuelto
en una sabana rosada en los brazos, ahí estaba la culpable de su insomnio y de todos sus problemas, ya que lo tenía, bueno la tenía en sus brazos seria mejor echar un vistazo.
Al mirar, vio que tenía al bebe más bonito que había visto nunca y eso que le repulsaban por regla general, no, estaba perdiendo su capacidad de odiar a ese bulto que le había destrozado la vida. De repente sus ojos se abrieron y parecía que lo estaba mirando,
aunque según le había dicho ella hasta después de un tiempo el bebe no veía, decidió soltarla antes de que su voluntad se quebrara, todo iba a ir bien solo tenía que dejarla rápido, tal como la dejo en la cunita rompió a llorar y no se callo hasta que la volvió a coger en brazos él, antes de volver a cogerla probaron varios parientes, que en algún momento se habían colado sin percatarse, al cogerla por segunda vez entendió porque su mujer había pasado por todo eso, suspiro y le susurro en su pequeña orejita: «tranquila pequeña lianta estas a salvo, te cuidare y protegeré hasta que tengas
que ocupar mi puesto».

Ella le miro y completamente radiante le dijo:- «Vaya, no se que le dijiste
pero parece que te entendió y esta conforme con lo que le dijiste».

Él miro sin entender a que se refería, la niña se había quedado profundamente dormida.

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