Jaula de oro.

Hace no mucho yo era feliz sin tener pareja, bastante gente me tachaba de rara por ello pero francamente me importaba un rábano siempre hay un motivo por el que me acaban considerando rara.

Era capaz de salir y entrar de casa sola, ir a dar una vuelta, dependiendo de donde estuviera y de qué restaurante se tratara era capaz de comer sola, ir de compras o a mirar ropa si no tenía dinero como era la mayoría de las veces… Solo se me quedó pendiente el ir al cine sola por algún motivo entonces no fui capaz.

Y será porque siempre he sido muy independiente, porque me he sentido bien y completa sin estar con nadie o por el motivo que gustes, pero yo así era feliz.

Y digo era porque dejó de ser así.

Él se presentó en mi vida como un huracán destrozando mis cimientos, haciéndose necesario para mi con su chantaje emocional del que me avergüenzo pero debo admitir que fui víctima, no solo no supe verlo es que acababa cediendo porque él no estuviera triste, por no hacerle daño, por… Porque siempre había un motivo ¿un ejemplo dices?

Claro, nos solíamos ver los findes porque entre semana era muy complicado según él, a pesar de que al principio sí nos veíamos sin problema, un finde quise estar con mis amigas y cuando se lo comenté su repuesta no fue otra que:

-«¿No te apetece verme?»

-«Claro que me apetece verte, no es eso.»

-«Entonces ¿por qué me pides este finde libre como si verme fuera un trabajo?»

-«No es así, es que verás.»

-«Mira yo me paso le semana entera deseando que llegue el finde para vernos así que, qué te parece si voy el viernes por la tarde, me quedo a dormir y ¿el sábado me voy para que puedas quedar con tus amigas?»

-«Es que no es que te tengas que ir para que pueda quedar con ellas, es…»

-«Bien pues entonces me quedó el finde entero y así estoy contigo más tiempo ¿vale?

Ya no sin saber qué más decir balbuceé un:  -«Mmm bueno.»

Y al final se quedó el finde entero y yo me sentí mal porque quería quedar con ellas a solas a pesar de quererle y tener ganas de verle, me volví a sentir enjaulada por no poder disponer de mi tiempo libremente, me volví a sentir mal por lo egoísta que estaba siendo, me quedé con las ganas de ver a mis amigas porque sí podía juntarlos, se llevaban bien y ya lo había hecho otras veces pero no era lo que yo quería, me sentí como una miserable mierda cuando el viernes llegó a mi casa con una sonrisa que no le cabía en la cara y me dijo: -«Cariño prepara es maleta que este finde tenemos escapada romántica.»

El preparándome un finde romántico y yo pensando en estar con mis amigas… ¡Qué desfachatez! ¿verdad? ¡Qué suerte tener un novio que me quería tanto y que era tan romántico y detallista!

¡Qué pena que tardará tanto en relacionar sus detalles románticos con mis ansias de libertad!

Qué lástima haber sido ese pájaro encerrado en su jaula tan minuciosamente decorada para que cada vez que intentará abrir la puerta sintiera que no debía desear salir.